Institucional

Una pyme que valora la sabiduría de la experiencia

30 may 2013

​Ítalo Américo Tabares tiene una sociedad junto a sus hijos en Córdoba y asegura que a sus 73 años su opinión es la más escuchada.
“Mis padres siempre vivieron en la zona rural y allí es donde me tocó nacer mientras mis papá se dedicaba a la agricultura. Así es como heredé la cultura de la producción de la tierra y también de esa manera se la trasladé a mis hijos”, así describe y resume Ítalo Américo Tabares su vida y el legado más preciado que le dejó a sus cinco hijos: el amor por la tierra.

A sus 73 años, Ítalo sigue al frente de la empresa que lleva su nombre y aunque la mayoría de las tareas ejecutivas están en manos de sus hijos, “yo soy quien toma las decisiones fundamentales y estratégicas que definen la continuidad de la compañía”. Con este carácter firme es que desde 1976 lleva adelante su empresa familiar que tiene un área de influencia comprendida entre las zonas de Río Primero y Santa María, en la provincia de Córdoba.

Pero el trabajo vinculado al agro viene desde antes de tener su propio emprendimiento: “Antes de crear mi empresa trabajé con uno de mis hermanos con quien di mis primeros pasos en el sector y luego me independicé. Los comienzos fueron muy duros, sobre todo si tenemos en cuenta que en esa época el trabajo rural se caracterizaba por ser muy pesado. En aquellos tiempos no existía la tecnología actual, ni la siembra directa, de la cual soy uno de los primeros productores en utilizarla en Córdoba, y las máquinas tampoco tenían la comodidad ni la productividad de las de ahora”.

En la actualidad la firma trabaja 4.500 hectáreas de soja, maíz y trigo, entre campos propios y arrendados y para eso cuenta con equipos de Case IH. Entre ellos se encuentran los tractores 9130, Magnum 8910 y 240 y dos cosechadoras Axial-Flow 8120. Todos están abocados a las tareas de producción y recolección de los granos que consigue en sus campos.