Idelso Gerbaudo tiene una gran trayectoria en el campo, signada por años de esfuerzo y pasión.
Poca gente lo conoce por su nombre, pero cuando se presenta como “El flaco de Bell Ville”, todos saben de quién se trata. Idelso Gerbaudo no sabe cómo se les ocurrió a sus padres llamarlo de esa manera, y no conoció a otra persona que se llamara igual. Su apodo, además, lo convirtió en un sello distintivo que forjó a través de los vínculos que hizo en su pueblo natal y en las localidades aledañas. “Mi pasión por el campo y los fierros condujeron a que sea una referencia en la zona”, comenta orgulloso.
Gerbaudo proviene de una familia de inmigrantes italianos que encontraron en la provincia de Córdoba un lugar donde echar raíces. Allí, le transmitieron el amor por la tierra y la naturaleza de tal manera, que ya a los siete años prefería jugar en el campo manejando un tractor o haciendo actividades de siembra. Luego, con la adultez, vendría la etapa de independencia en la que Idelso creó su propia firma a través de la que prestaba tareas a terceros como contratista, y que aún hoy sigue manteniendo.
Actualmente, además de viajar por Chaco y provincias cercanas haciendo actividades de cosecha para diferentes clientes, tiene su propio campo en el que cultiva soja y maíz. Allí trabaja con una cosechadora Axial-Flow 2799 y con un tractor Maxxum 180. Al respecto, comenta: “Cada dos años renuevo maquinaria. Esto lo hago debido a que siempre quiero tener el último grito en materia de tecnología y Case IH me da la posibilidad de poder hacerlo, ya que los equipos que adquiero tienen una gran potencial de reventa”.
El agroempresario cordobés elige a la firma desde hace diez años y dice que “desde que la conoció su vida cambió por completo”. Asimismo, agrega que como deseo a futuro quiere adquirir una cosechadora 9230, “pero voy a esperar porque la que tengo está recién haciendo sus primeras hectáreas”.